lunes, 25 de octubre de 2010

¿Dónde están los ladrones?

En los últimos días ha cobrado vigencia la pregunta de la famosa canción de Shakira ¿Dónde están los ladrones? Por un lado, por el gran escándalo de las mafias de la contratación distrital y por el otro, porque los señalados aseguran ser inocentes, que todo fue a sus espaldas, que es un complot en su contra y que supuestamente les asalta el mismo interrogante mencionado.

Es muy bien sabido que una de las peores administraciones que ha tenido la capital colombiana en muchos años es la de Samuel Moreno y que toda la corrupción tejida alrededor de su gestión era un secreto a voces. Sin embargo lo que cabe resaltar a mi juicio es el porqué de tanto alboroto, si el ejemplo que seguían los gobiernos locales provenía del mismo gobierno nacional en cabeza del “maestro” Uribe que con lo de AIS (Agro Ingreso Seguro) no se quedó atrás en asuntos de esta índole.

Igualmente cabe mencionar la vergonzosa actitud de un partido como el de la U en cabeza del mismo ex presidente Uribe, que mientras la alcaldía de Samuel permanecía en aparente calma, gobernaban a su lado beneficiándose de las decisiones que se tomaban desde el Palacio de Liévano. Pero cuando se avecinó la tormenta abandonaron el barco. Como para pertenecer a semejante partido y tener a personajes con tantas calidades humanas como aliados.

La corrupción y las mafias siempre se han visto enredadas con la política y sus artífices: los políticos. La explicación es muy obvia pues la política lleva al poder y al dinero público y el dinero corrompe y lleva a la avaricia, a la falta de conciencia y al desinterés por el bien común y a la prevalencia del interés privado.

Para la muestra está el escándalo desatado en la FIFA (Federación Internacional de Futbol) estos últimos días por la corrupción entre sus miembros al revender boletas de entradas a partidos y recibir comisiones por votos de sedes a mundiales y para elecciones de cargos directivos. Pero estos simplemente son algunos ejemplos porque casos de tal magnitud hay millones.

Es en este preciso instante es en el que me pregunto ¿por qué se asombran? ¿Qué hay de raro en toda esta algarabía? ¿Es que ya se olvidaron de Samper y su proceso 8.000, de Foncolpuertos, de Chambacú o de Dragacol? Lo peor de toda esta historia no es que no se tenga memoria, sino que finalmente nadie va a terminar siendo culpable o pagando por nada.

Qué situación tan lamentable, pero eso en un año ya está olvidado y quien quita que de pronto Samuel al final de su gestión obtenga un gran porcentaje de popularidad como en su momento lo logró Peñalosa y la cara de la moneda cambia y se configura como uno de los mejores alcaldes de Bogotá. Por el momento nos seguiremos preguntando todos hasta los mismos ladrones ¿Dónde están los ladrones? (como Shakira cuando solía ser colombiana, auténtica y original), sabiendo pero a la vez ignorando que están en la televisión, en los periódicos, en los gobiernos y con el terrible cargo de consciencia de que siempre estarán presentes.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Falsos héroes importados

Gracias a las enseñanzas heredadas del tiempo de la colonia española existe una visión generalizada entre muchos colombianos sobre Europa, a pesar de las crisis económicas que ha atravesado en los últimos años se percibe como un continente próspero, avanzado, culto, lleno de historia y sitios turísticos. Sin embargo parece que tal superación en algunos países del continente europeo en cierto modo generara aburrimiento y tedio entre sus jóvenes. Mientras aquí se admiran sus mentalidades abiertas y culturas ancestrales, allá se desea ser héroe de conflictos prestados.

Los jóvenes colombianos hemos crecido en medio de una guerra absurda, sabiendo de la existencia de los grupos armados ilegales y siendo conscientes del peligro inminente del terrorismo en nuestro diario vivir. Muchos han sido objeto de reclutamiento forzado y deben ser parte de este conflicto sin quererlo, otros por su voluntad optan por tomar algún lado y otros simplemente no entendemos la justificación, los medios y el sentido de esta conflagración que lo único que trae a la sociedad civil es sangre y muerte.

Por eso me resulta tan incompresible el caso de la holandesa Tanja Nijmeijer (militante de la guerrilla colombiana Farc), quien decidió dejar un país tranquilo y venir al nuestro a hacer parte de un conflicto armado extraño a ella y a su nación. Es realmente desconcertante que una persona venga de otro país a luchar por algo que además de ser injustificado y obsoleto, es completamente inhumano y abominable. Ni sus compatriotas, ni su familia han tenido que ver en lo absoluto con esta clase de violencia encarnizada que cada día cobra más y más víctimas colombianas.

Puede que en sus inicios esta lucha haya representado alguna ideología y a una parte de la población, pero hoy en día el terror y el narcotráfico se han apropiado de su visión y eso precisamente es lo que generan. Es siniestro que uno de los grupos armados al margen de la ley se llame Farc – Ep (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del Pueblo) ¿A cuál pueblo se refieren? A los campesinos que ellos mismos asesinan y desplazan o hablan de sí mismos y de su deseo de apoderarse del territorio nacional y reemplazar una democracia (a pesar de la corrupción y todos sus efectos, es una democracia) por un régimen de terror como en su tiempo lo fue la zona de distención, la Unión Soviética o lo es Corea del Norte.

¿Es eso lo que persigue dicha holandesa? ¿Son sus ideales llegar al poder mediante ataques constantes a la sociedad civil, los secuestros extorsivos, las masacres a la fuerza pública, la creación de nuevas formas de asesinar y el reclutamiento forzado?

Imagino entonces que la situación de ciertos países europeos es tan aburrida y tediosa, que tener educación con calidad y gratuita, salud, empleo y transporte eficiente no es suficiente. De manera que llegan a la conclusión de que lo mejor es ir a un país del “tercer mundo (como ellos mismos nos llaman)” en donde se necesitan sus mentes e ideas para poder salir de una situación con tantos problemas, y en la que ellos podrán tener un papel útil en la sociedad y quedar como héroes en tierras lejanas a las suyas.

Como en sus respectivos países tienen tantos asuntos resueltos, algunos desean venir y vivir en carne propia la violencia cotidiana a la que estamos sometidos los colombianos, para sentir que han logrado vivir por un supuesto ideal. Sin embargo no consideran que semejante escenario es algo a lo que los colombianos nos hemos visto obligados a vivir, no es algo que disfrutemos ni queramos para el futuro, porque esta guerra no es por el pueblo, ni por la reivindicación de derechos. Esta es una guerra sin tregua en donde todos somos perdedores, incluso los mismos falsos héroes importados que buscan su reconocimiento y recordación en la sociedad abanderando guerras ajenas, creyendo que dejarán un legado a la humanidad en un conflicto en donde los únicos héroes resultan siendo las mismas víctimas.

martes, 21 de septiembre de 2010

Comparaciones odiosas

Todavía hace falta algún tiempo para las elecciones del 2011 y desde ya se empiezan a oír algunos nombres como posibles candidatos. Un caso particular que traigo a colación y que me causa cierta inconformidad es el del ex alcalde de Bogotá y miembro del Partido Verde, Enrique Peñalosa, quien desea lanzarse como candidato a la alcaldía de Bogotá por tercera ocasión.

Peñalosa recientemente concedió una entrevista a un canal nacional de televisión. Entre los temas que trató se encuentran sus aspiraciones a ser candidato del partido al que pertenece a la alcaldía de Bogotá, sus posibles contrapartes dentro del partido, la inconveniencia para la capital de construir un metro, las obras de la época de su alcaldía y su parecer acerca de su derrota en las pasadas elecciones.

Dentro de sus respuestas comentaba lo inoportuno que sería para Bogotá la construcción del metro, aduciendo que algunos estudios previos concluyeron que no era la mejor inversión para la ciudad, además que se construiría una sola línea de metro y hace una comparación con el metro de Londres que tiene diferentes líneas lo que en su perspectiva lo vuelve eficiente. También hace mención a que el dinero destinado a esta obra serviría para la construcción de arterias viales sobre las cuales se movilizaría el transmilenio, que en su percepción sería la solución futura a todo este embrollo de transporte público. Y por otra parte, en el ámbito de seguridad hace una comparación con Canadá, sobre el sistema tan organizado y efectivo que tienen, a diferencia de la actualidad en la capital.

Precisamente son estos puntos los que originan mi inconformidad y desconfianza, porque si bien es cierto que Bogotá es una gran ciudad y es la capital de Colombia, no entiendo qué cabida tienen algunas comparaciones a mi juicio bastante improcedentes con Londres y Canadá. ¿Cómo nace esta corriente de políticos que pretenden convencer a los ciudadanos con comparaciones fuera de lugar?

Tantos estudios, maestrías y doctorados que hacen nuestros políticos, algunos de ellos en el exterior, y se han olvidado de que la realidad colombiana y bogotana se encuentra aquí en el día a día, no en los libros de otros casos, ni en la implementación de teorías hechas para otras realidades.

Lo comento porque no es solo el caso de Peñalosa. Gina Parodi (quien ha desparecido de la escena política actual) también solía hacer comparaciones odiosas como las que menciono. Si desean ganar las elecciones y hacer una buena gestión, lo importante es ubicarse en el contexto nacional y en este caso particular en el contexto distrital. Es muy importante conocer la cotidianidad y los problemas reales de la gente del común, que son quienes votan y por ende a los que deben estar dirigidas las propuestas y las soluciones.

Puede que le resulte inconveniente la realización del metro a Peñalosa y a todos sus colaboradores verdes, pero ustedes ¿Son usuarios asiduos del servicio de transporte público? ¿Son de las personas que se trasportan a través de este servicio en horas pico? La respuesta es muy obvia. Y es que es muy fácil hablar de las situaciones en tercera persona, de lo importante y efectivo que ha sido, es y será el transmilenio cuando quien habla de ello no lo usa. Lo digo porque el metro además de ser una necesidad, es una deuda que tienen los gobernantes con los capitalinos.

Bogotá es como es y ninguna comparación la hará mejor o peor, pero las acciones si representarán grandes cambios en una ciudad a la que el último alcalde ha destruido por completo, no se sabe quién será el nuevo alcalde, lo que sí es seguro es que quien sea elegido será mejor que Samuel.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Increíble…

Es increíble como todavía en este país luego de toda la historia de violencia, corrupción e impunidad que nos precede, creamos tan ingenuamente todos los malabares y peripecias que los altos políticos se inventan para ocultar sus perjudiciales acciones en detrimento de la nación.

Desde el tiempo en que el ex – presidente Álvaro Uribe todavía gobernaba se descubrió el escándalo de las chuzadas, en donde a ciertas personas de la vida política y pública del país se les hacían seguimientos e interceptaciones de manera ilegal. La noticia salió a la luz y se iniciaron investigaciones, se despidieron algunos funcionarios del DAS (Departamento administrativo de Seguridad), entidad que llevaba a cabo semejante operación secreta.

Dentro de las investigaciones se vincularon a ex directores del DAS, al ex director de la UIAF (Unidad Administrativa Especial de Información Análisis Financiero) y a una ex funcionaria del DAS, apodada la “Mata – Hari colombiana” quien lideraba la labor de espionaje en la Corte Suprema de Justicia.

Pero de toda la información expuesta me quedan ciertas dudas y es que es asombroso pensar que los altos funcionarios del estado, los políticos y los medios de comunicación todavía sigan pensando que los colombianos permanecen en un estado de letargo en el no tienen conciencia alguna de lo que ocurre a su alrededor. Cómo nos van a hacer pensar que los funcionarios relacionados con estos casos actuaron de manera autónoma e independiente, cómo nos hacen pensar que de repente se les ocurrió que sería benéfico para ellos o para el gobierno de turno tener información adicional extraída de forma ilegal a ciertos personajes.

Cómo no se vincula a tan renombrado proceso al ex presidente Uribe, quien públicamente gobernaba conociendo hasta el último detalle de lo que ocurría a su alrededor y ahora desean hacernos creer que él no tenía la más mínima idea de tal violación a la intimidad, o lo que es peor que él mismo fue víctima tan reprobable acción. Es increíble que tampoco sea vinculado al proceso de la “Yidispolítica” cuando las dádivas que se ofrecieron fueron precisamente por su causa.

¿Será que realmente la gente de este país no piensa? ¿Será que nadie se da cuenta de lo que ocurre? ¿O será que a nadie le importa? ¿Vamos a permitir que se repita lo de Samper con su famosa frase “todo fue a mis espaldas”? ¿Acaso lo que más importa en este país es quien mienta mejor?

Mientras muchas personas están respondiendo por estos hechos corruptos y delictivos es increíble que Uribe siga muy tranquilo dictando clases en una prestigiosa universidad estadounidense. ¿Será verdad que el colombiano es un autómata que prefiere que otros elijan por él lo que debe pensar?

Me da tristeza considerarlo, pero los hechos hablan por sí mismos, y mucha gente simplemente confía en todo lo que escucha, ve o lee, no sé si por ingenuidad, indiferencia, olvido o desinterés, pero simplemente se cree más en los medios de comunicación que en la propia historia nacional. Increíble!

lunes, 30 de agosto de 2010

Mi adolorida Bogotá

Desde hace muchos años Colombia se ha caracterizado por ser un país políticamente centralizado, la mayoría de instituciones estatales se concentran en su capital Bogotá. Sin embargo la ciudad más importante del país, la que debería ser un ejemplo para las demás hoy se configura como un lugar lleno de problemas, en donde la buena calidad de vida es una falacia para la gente del común y en donde la nefasta administración local actual es una de las peores que se hayan visto jamás.

Es un tanto curioso que cuando se visita algún lugar a nivel nacional muchos de sus habitantes añoren venir a vivir a la capital. A través del tiempo se ha generalizado la idea de que Bogotá es la ciudad de las oportunidades, donde es posible insertarse en el contexto internacional y donde se llevan a cabo grandes eventos. Lo que explica por qué a Bogotá llegan cada día más personas dispuestas a quedarse y a convertir esta ciudad no en su hogar, sino tan solo en su lugar de residencia, pues a pesar de trabajar aquí, vivir aquí y constituir su vida aquí, siempre evocan su pueblo natal como el mejor sitio del mundo sin apropiarse verdaderamente de la ciudad de la que sacan provecho.

Y es que esa falta de pertenencia es una de las razones por las que Bogotá es el lugar que hoy conocemos, una ciudad de todos y de nadie. Aquí la cultura ciudadana es una leyenda de cuando Antanas Mockus fue alcalde y que ya se olvidó porque como el colombiano no tiene memoria. Por eso veo con desconsuelo la realidad de una ciudad tan prometedora.

En Bogotá se observan problemas tan graves como la inmovilidad debido a la falta de vías y al exceso de carros; la inseguridad reinante que se ha convertido en parte del día a día; las vías parecen la evidencia de una guerra perdida, pues sus huecos e interminables obras muestran la ineptitud de un alcalde exhibicionista y poco consciente; la insuficiencia, demora y congestión del transmilenio, única solución materializada como servicio público vigente; el incremento de la informalidad que cada día afea y obstaculiza más las calles, son algunos de los tantos problemas que azotan a nuestra capital.

Para empeorar la situación se eligió a Samuel Moreno como alcalde por su promesa de hacer el tan anhelado metro, sin embargo su gestión ha sido una catástrofe. Su incapacidad para resolver los problemas básicos ha sido tan evidente, como la corrupción en su gobierno. La adjudicación del contrato de construcción de la troncal de la 26 al Consorcio Transvial, propiedad del grupo empresarial Nule, quienes además de no cumplir el contrato, retrasaron el avance de la obra perjudicando a la ciudad y al país, pues la Avenida El Dorado es la vía de entrada para nacionales y extranjeros que llegan al país y parece una de las calles de alguna ciudad destruida en una guerra.

Otro de sus “logros” es su personero acusado de enriquecimiento ilícito y supuestos nexos con DMG, y ni hablar de las mafias de contratación distritales. A nivel de movilidad con su idea ineficaz de extender el pico y placa a todo el día no se ha evidenciado ninguna mejoría, su inconsecuencia es increíble, pues además de prohibir el uso del carro por 2 días no da tregua en el pago del impuesto de rodamiento de vehículos y las calles intransitables, llenas de huecos estropeando a los carros.

Curiosamente la semana pasada el alcalde inauguró la ampliación de 3 a 6 carriles de la calle 183 a la 192 y que según él y algunos medios de comunicación descongestionaría ese tramo de la autopista, sin embrago me surgen unas dudas ¿para qué ampliar sólo 9 cuadras de la autopista? ¿Luego de que los carros pasen por tan publicitado corredor y regresen a los 3 carriles después de la calle 192 desaparecerá el trancón?

Por otra parte, supongo que debido a su baja popularidad ahora ha decidido lanzar una campaña a través del Instituto Distrital de Turismo, con la que busca encontrarle una marca a Bogotá, que sea reconocida por algo a nivel internacional. Para tal fin se ha habilitado un sitio web en donde los ciudadanos tienen la oportunidad de votar sobre qué es lo que más les gusta de Bogotá.

Aparentemente la iniciativa es buena, pero también me quedan algunas dudas pues ¿cuándo se tenga todo listo y se proyecte y promocione a Bogotá como un gran destino turístico ya estará presentable? Sí presentable, porque además de las dificultades que aquejan a Bogotá actualmente, su estado es en obra negra, está en construcción y si se hace el metro estará así por lo menos los próximos 10 años.

Probablemente en los sueños del alcalde para entonces en Bogotá no se verán huecos, ni inseguridad, ni inmovilidad, será una ciudad cosmopolita e internacional con construcciones a la vanguardia mundial. Considero que todos lo soñamos pero la realidad es otra y el alcalde en lugar de tratar de incrementar su imagen positiva, debería en el poco tiempo que le queda a su administración solucionar los graves problemas que vivimos los capitalinos, debería encarar lo que en realidad significa ser un gobernante, con hechos eficientes que demuestren que Bogotá sí podría llegar a ser una gran ciudad internacional, porque la triste realidad contradice sus planes oportunistas. Pobre nuestra capital, sólo me queda la esperanza que esta administración termine pronto y que la próxima sea mejor, para ver si algún día salimos de la situación invivible en la que estamos.

jueves, 19 de agosto de 2010

No hay mal que dure cien años…

Es muy curioso como en los últimos días los medios de comunicación se han olvidado momentáneamente de las guerrillas y otros grupos al margen de la ley, y se han concentrado en elogiar el inicio del mandato de nuestro nuevo presidente. Y es que haciendo referencia al nombre del partido del Ministro del Interior el cambio ha sido radical, pasamos del populismo nacionalista a la aparente ecuanimidad diplomática.

Lo que hasta el momento se puede vislumbrar es que el viraje del gobierno anterior al actual ha sido abismal, el lenguaje emocional, populista, guerrerista y paternal de Uribe ha sido transformado en uno racional, prudente, diplomático y reflexivo.

En definitiva no entiendo la naturaleza del colombiano, aparentemente es un ciudadano acostumbrado a la represión, es manipulable, apoya la corrupción e impunidad, pero principalmente busca un papá, pues así manejaba ex -presidente Uribe al país, como a sus hijitos (o huevitos). Por eso mismo el ex – candidato del partido de la U Juan Manuel Santos obtuvo una mayoría devastadora, porque el colombiano no quería perder a su “padre” y Santos prometió continuidad, pero con la gran sorpresa hasta el momento de no ser verdad.

Santos ha sorprendido a todo el país cambiando su discurso de campaña al discurso de presidente, se ha mostrado como un ser audaz y calculador, hasta el punto de atribuírsele el atentado frente al edificio de Caracol Radio a la extrema derecha que no concibe que su “padre” ya no esté en el poder. Y sí tienen razón, las transformaciones no son siempre bienvenidas y mucho menos cuando se plantea dialogar nuevamente con las guerrillas y se restablecen relaciones con Chávez.

Sin embrago, a pesar de todos los arcoíris que aparentemente cubren nuestro cielo nacional no se deben olvidar a las FARC y a los paramilitares que todavía delinquen y juegan con la seguridad colectiva. En el primer caso como su nombre lo indica, las guerrillas son grupos que actúan al margen de la ley creando sus propias guerras, y es que no podemos pensar en prosperidad, desarrollo e igualdad si todavía tenemos el “honroso” título de tener una de las guerrillas más viejas de la historia.

Es un problema que no se ha terminado y porque un gobierno abra una posibilidad al diálogo no se puede creer que el fin esté cerca, como en los días de la ingenuidad pastranesca. Tampoco se deben desconocer todas las acciones emprendidas por grupos criminales autodenominados: paramilitares o autodefensas que no cesan sus actividades, que dejaron como saldo miles de muertos, masacres e innumerables violaciones de todo tipo a los derechos humanos.

Es loable lo que en una sola semana ha logrado el nuevo gobierno y espero que algún día Colombia pueda salir de su situación conflictiva y desigual. Sin embrago no se pueden olvidar a los secuestrados, ni a las víctimas.

Estamos tratando de salir de un conflicto porque a pesar del optimismo generalizado esto no se ha terminado, así que si bien es cierto que el único problema que enfrenta el nuevo presidente no son los grupos terroristas y criminales, se hace necesario y urgente tratar de encontrar un solución efectiva en cuanto a este respecto porque no hay mal que dure cien años, ni pueblo que lo resista.

martes, 10 de agosto de 2010

Aún falta algo

El pasado fin de semana se realizó la posesión del nuevo presidente colombiano Juan Manuel Santos. Con un discurso emotivo y esperanzador llamó a la unidad nacional y a la armonía entre vecinos, abarcando la mayoría de temas álgidos que el cuasi eterno gobierno anterior le dejó. Sin embargo a pesar de hablar de la pobreza, la violencia, el terrorismo, el trabajo, la vivienda de interés social, las relaciones internacionales y la salud entre varios temas, olvidó algo que a pesar de ser comúnmente ignorado en la cotidianidad hace parte de nuestra realidad: la mujer.

Nuestro nuevo presidente asumió su labor con un gabinete casi completo, sólo le faltaron dos ministros de las carteras que torpemente o maliciosamente consciente anuló su antecesor, anexándolas a otras.

Muchos comentarios acerca del equipo que integra el nuevo gobierno han sido favorables, se dice que son personas con experiencia, con la preparación suficiente y que son muy capaces, opiniones que en cierta medida comparto, pues si bien es cierto que todos tienen trayectorias brillantes, algunos no tienen experiencia en el campo en el que han sido nombrados, a pesar de esto la esperanza colectiva se apropia de muchas mentes.

Lo anterior nos conduce a encontrarnos inmersos en una ola de optimismo generalizado que se pasea etéreamente en el ambiente nacional e internacional y digo internacional porque ayer precisamente leí en una revista un curiosos artículo sobre los “CIVETS: Un grupo de países que tiene grandes expectativas de crecimiento económico para la siguiente década y donde se encuentra Colombia”[i]. Se percibe que Colombia mejorará, que todavía tenemos esperanza y que las generaciones futuras podrán gozar de un mejor país.

Sin embargo, en esta época de promesas, compromisos y confianza el nuevo gobierno podría contemplar la posibilidad de cerrar las brechas en todos los frentes, comúnmente se piensa en la gente pobre de manera generalizada desconociendo la brecha de género. ¿En dónde queda la mujer eje de cualquier familia? ¿En dónde queda la mujer que debe criar a sus hijos sola y el dinero que gana no es suficiente para tener una niñera y que si no trabaja sus hijos y ella no se podrán alimentar? ¿En dónde queda la mujer abusada y maltratada sin oportunidades? ¿En dónde queda la mujer que no ha tenido educación y trae niños al mundo para seguir la cadena de pobreza?

Para cerrar la brecha de género no sólo es necesario tener la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer, es prioritario ir más allá, pues este es un problema estructural que necesita soluciones progresivas, efectivas y continuas. La mujer es un elemento primordial en la construcción de una sociedad distinta, de una sociedad abierta, participativa y consciente. De manera que un Ministerio de la Mujer que trabaje de manera transversal con otros ministerios como el de salud, vivienda y educación se hace urgente en un país emergente que da luces de recuperación en el largo plazo.

Se han emprendido diversas acciones encaminadas a la construcción de una cultura igualitaria en donde se respete a la mujer en todos los ámbitos, pero se requiere mayor contundencia y cubrimiento. Un ministerio que abarque aspectos como mayor participación política, asistencia en temas de salud sexual y reproductiva, formación en temas familiares, preparación educativa, proyectos productivos, asesoría y seguimiento en cuanto a delitos sexuales, maltrato, abusos y acoso laboral en contra de la mujer y que promueva mayores oportunidades para este género.

Lamentablemente los problemas de género no son tan evidentes en los ámbitos gubernamentales, pero es una realidad a la que se le debe prestar atención de cerca, pues sus consecuencias podrían dejar mella convirtiéndose en una gran mancha en el proyecto de unidad nacional.

miércoles, 28 de julio de 2010

¡Muchas gracias madre patria!

Hace una semana se celebró en nuestro país la conmemoración de 200 años de independencia. Sin embargo todos esos festejos olvidaron que con la independencia de España no ganamos la libertad, ni procuramos la creación de fundamentos sólidos que conformaran un país próspero, tolerante y diverso. Configurándose así nuestra lamentable realidad tangible y actual como un reflejo del legado nuestros conquistadores los españoles.

Las festividades nacionales que trataron de conglomerar al colectivo se vivieron en muchos lugares del país e hicieron competir en cuanto a magnificencia a ciudades como Bogotá y Medellín para ver quien elogiaba este acontecimiento de la manera más majestuosa y lujosa posible. Así los diferentes gobiernos municipales en compañía del gobierno nacional hicieron por un momento olvidar a la ciudadanía los problemas estructurales que desde hace muchos años se viven cotidianamente. Dieron al pueblo lo que siempre ha resultado efectivo, pan y circo para que no recapacite y permanezca en la inopia profunda en la que normalmente yace.

Alcaldes como el de Bogotá trataron infructuosamente de levantar su ya maltrecha popularidad aprovechando con oportunismo esta ocasión.

Pero sería beneficioso que aparte de las celebraciones en un país en donde la violencia es parte de la vida cotidiana y la tolerancia escasea cada vez más, que se reflexionara sobre nuestra situación actual y si verdaderamente nuestra identidad es diferente a aquella de cuando los españoles administraban nuestra libertad.

Los españoles encontraron un territorio desconocido hasta el momento para ellos, con nativos con costumbres, vestimentas, alimentos, lenguas y cosmovisiones completamente opuestas a las suyas. Su reacción inicial ante tal descubrimiento fue enviar la peor calaña de sus nacionales a robar, engañar y someter a los indígenas que por muchos años habían habitado estas tierras. Luego enviaron misioneros de la iglesia católica a convertir a esa religión a los mal llamados “salvajes” a través de la idea de salvación e imponiendo así su idioma y costumbres como las que eran válidas. Adicionalmente los europeos fueron los primeros en poner en práctica el secuestro, trayendo para la esclavitud nativos de África como si fueran propiedad privada en lugar de seres humanos.

Lo anterior inicia la perpetuación de nuestra identidad, pues el legado de nuestros conquistadores son: el irrespeto y la intolerancia, de manera si alguien actúa de forma contraria a nuestras costumbres es completamente reprobable así no le esté causando daño a otro, la violación a los derechos humanos validando el secuestro y los asesinatos, la usurpación de bienes ajenos pues no tenían el mayor reparo en robarse las pertenencias de nuestros indígenas, la discriminación racial y de género, pues no solo maltrataban, sometían y esclavizaban a los indígenas y africanos, sino que aprovechaban para violar a las nativas y la violencia pues a través de ella todo es posible pues esa fue la forma de someter a indígenas, africanos y luego criollos.

Pero la principal enseñanza que nos dejaron nuestros antepasados españoles es que lo propio, lo nuestro, lo nacional es feo, desagradable y en algunos casos vergonzoso, pues lo mejor es lo del otro, lo exterior, lo que otros hacen, venden y exportan. Y hasta nuestros días continuamos al pie de la letra con semejantes instrucciones ya no solo españolas, sino estadounidenses también. Lo mejor es hablar inglés, ver televisión extranjera, vestir con ropa importada, comer comida internacional, casarse con un extranjero, oír música en inglés entre muchas otras prácticas foráneas.

A pesar del racismo latente en el mundo contra los inmigrantes latinos, especialmente colombianos y principalmente en “nuestra madre patria España” y a pesar de todo su odio profesado en nuestra contra seguimos leales a sus dogmas, porque como los otros y sus costumbres son mejores seguimos idolatrando al extranjero. Y con esto no justifico la xenofobia de ninguna forma, sino que aliento el amor propio, sin desmérito alguno por lo que nos pueda ofrecer otra cultura.

¿Cómo celebramos el bicentenario con tanta exageración y enardecimiento? cuando nuestros valores son los mismos de aquellas épocas coloniales la violencia, el racismo, la intolerancia, el catolicismo recalcitrante que nos cierra los ojos a la realidad y propone valores obsoletos y arcaicos para una sociedad cambiante que requiere respeto por el prójimo y sus creencias. En un mundo tan globalizado donde los ciudadanos de cualquier país se convierten rápidamente en ciudadanos del mundo lo que se requiere es tolerancia para la diversidad y multiplicidad de pensamientos, actitudes y credos. Lo más importante es el respeto por el otro, siempre y cuando el otro no dañe a otros con sus actitudes.

Con tantos problemas que atravesamos de desempleo, desigualdad de ingresos y de género, pobreza, falta de oportunidades, narcotráfico, tribus urbanas violentas, guerrillas, corrupción, racismo, criminalidad excesiva y sectarismo en todos los sentidos resulta paradójico que los gobernantes se dediquen a festejos colectivos en lugar de a reflexiones colectivas y participativas que generen intervención constante que lleve a construir una ciudadanía más consciente. Lo más lamentable de todo nuestro bicentenario es que continuamos excluyendo a los indígenas y afro descendientes, y a todo el que no se enmarque en lo que es supuestamente “normal”.

Gracias a los españoles por enseñarnos con su ejemplo los valores para fundar las estructuras básicas de una nación como la que hoy tenemos, gracias por mostrarnos lo que significa la convivencia y el amor por el prójimo, gracias por dejar su legado en nuestra tierra, gracias por reconocernos como sus descendientes y abrazarnos con el calor de la xenofobia creciente por nosotros. Y gracias porque a pesar de 200 años sin ustedes nos proporcionaron la base para la persistencia de nuestra identidad colombiana a su imagen y semejanza. ¡Muchas gracias madre patria!

viernes, 23 de julio de 2010

¿Será mejor ser amigo hipócrita o enemigo abierto de Venezuela?

Esta semana nuevamente se han roto las relaciones con Venezuela debido a las pruebas expuestas por el gobierno colombiano ante la OEA, sobre la presencia de integrantes del grupo terrorista de las FARC en su territorio. Sin embargo lo raro de toda la historia no es que integrantes de ese grupo ilegal se encuentren en Venezuela, como ya es muy bien sabido desde hace mucho tiempo. Lo paradójico es que sea hasta este momento en el que Uribe y su gobierno deciden denunciarlo internacionalmente.

En realidad no entiendo por qué muchos califican la decisión unilateral de Venezuela como lamentable, pues teniendo como vecino a un presidente solapado como lo es Hugo Chávez, lo mejor es mantenerse alejado. Claro que algunos opinan que lo mejor para el país en materia de seguridad y economía sería mantener la prudencia y la diplomacia ante todo.

Pero ¿por qué mantener buenas relaciones con un país manejado por una persona ególatra, manipuladora, dramática y ansiosa de poder, una persona que predica la unidad latinoamericana y aloja en su territorio una amenaza para su “supuesto” hermano Colombia? ¿Por qué seguir atados a un gobierno que quiere hacer de varios países uno que él solo gobierne, a costa de la libertad y seguridad de sus vecinos? Que lo único que hace es engañar a sus seguidores para que continúen su idolatría y que tiene la osadía de atribuirle a Colombia sus denuncias como una agresión, cuando los que hemos sido agredidos constantemente por él y su gobierno hemos sido los colombianos.

Lo que Chávez nos ha otorgado es una oportunidad para buscar nuevos mercados, nuevas oportunidades comerciales para que no sigamos dependiendo de un gobernante emocional y ávido de público y atención. Es una oportunidad para que los terroristas de las FARC se queden allá y vulneren otra seguridad y libertad diferente a la de los colombianos. ¿Por qué creer que si las relaciones se mantienen en un tono de cordialidad con el íntimo amigo de los hampones de las guerrillas colombianas, él va a cooperar para que los atrapen o enjuicien?

Aquel es un pensamiento muy ingenuo y es extraño que personas que han ocupado altos cargos gubernamentales y diplomáticos tengan semejante ilusión, al tratarse de un gobierno tan antidemocrático como el venezolano. Está demostrado que algún tipo de acuerdo con esos delincuentes es imposible y mucho menos si son auspiciados por el déspota de Chávez.

Por otro lado, resulta muy curioso que el presidente Uribe decidiera hacer públicas estas denuncias a nivel internacional precisamente en este momento. Si el gobierno colombiano tenía pruebas suficientes de la existencia de terroristas en territorio vecino ¿por qué no lo evidenció antes? ¿Por qué hasta ahora? La respuesta es muy simple, porque Uribe más allá de cualquier cosa adora el poder, detesta a Chávez y quiere seguir siendo visto como el “gran presidente” que muchos dicen ha sido.

Santos invitó a su posesión a Chávez como gesto de amabilidad y muestra de que en su gobierno las cosas mejorarían. La suposición más lógica es que a Uribe esto no le hacía ninguna gracia y decidió arremeter contra nuestro vecino. No solo para arruinar los esfuerzos que pretendía hacer su sucesor para arreglar las relaciones, sino también para impedir que quedara como el salvador de la diplomacia entre las dos patrias hermanas, además de ahorrarse la incomodidad de verle la cara o hacerle alguna atención a Chávez el siete de agosto.

Al parecer, nuestro presidente actual está más entrenado en las lides políticas que le presidente entrante, aunque en algún momento hubiera podido pensarse lo contrario. No es claro si Santos quería un acercamiento con Chávez para mejorar la situación y así llegar a las FARC, lo que no es nada probable o por el contrario era una actuación para vigilar a las guerrillas más de cerca, pues muy bien dice un adagio popular: “Mantén cerca a tus amigos, pero aún más cerca a tus enemigos”.

Lo claro es que el trabajo de la diplomacia entrante con el sátrapa de Chávez va a ser muy arduo y el camino es escabroso. ¿Cómo enfrentar ahora la situación con el vecino país si la mayoría de países de América saben de la presencia de terroristas en Venezuela? ¿Será bueno hacerle caso al adagio popular y ser un amigo hipócrita? O ¿será mejor seguir con la política exterior impuesta por el saliente presidente Uribe y ser abiertamente enemigos? El tiempo y sus consecuencias lo dirán.

P.S: Todos los que aman a Maradona, por favor vean como están sus lealtades, habla sin conocimiento de causa apoyando a un gobernante tirano, ¿será que también es amigo de las FARC? ¿Será que también cree que son grupos beligerantes que apoyan a la sociedad civil y no matan, ni secuestran? Parece que no ha dejado el uso de sustancias alucinógenas, puesto que su sentido de la realidad está muy distorsionado.

viernes, 9 de julio de 2010

Víctimas somos todos

En los últimos días la ex – secuestrada Ingrid Betancourt instauró una acción de conciliación contra el Ministerio de Defensa por todos los perjuicios ocasionados a ella y a su familia durante su secuestro. En ese caso ¿no serían las FARC a quienes tendría que entablarles alguna acción judicial por violar los derechos humanos, por utilizar la violencia constantemente en contra de la sociedad civil, por fundamentar su existencia en unos falsos ideales engañado así a otros países, por justificar su violencia en una sociedad democrática y por ser una de las organizaciones de tráfico de drogas más grandes del mundo, acrecentando nuestra ya maltrecha imagen en el exterior?

Es posible que en incontables oportunidades algunos colombianos nos hayamos preguntado ¿qué habría sido de nuestro país sin la guerra partidista de mitad del siglo XX, sin la creación y proliferación de las guerrillas, sin el narcotráfico, sin las Autodefensas y sin la corrupción? De seguro sería un país distinto, casi como una utopía, un sueño y los más probable es que los que lo habitamos actualmente tendríamos más oportunidades y otra mentalidad.

Lastimosamente la realidad no podría ser más lejana a aquel pensamiento. Desde hace muchos años los colombianos, unos más que otros nos enfrentamos a delincuencia común, ataques de las guerrillas, discriminación y estigmatización a nivel internacional, consecuencias precisamente de la violencia interna de la que somos víctimas; y no sólo un colombiano, ni dos, ni tres, sino la mayoría. Es por eso que somos personas muy distintas a cualquier ciudadano de otro país, nos hemos criado en una nación en la que lo más seguro es que el ejército esté presente en las diferentes vías, que los asesinatos a la sociedad civil por parte de cualquiera de los actores del conflicto armado son “cotidianos”, o en otras ocasiones “normales”, nos hemos acostumbrado a que los ataques terroristas a la fuerza pública y militar son el pan de cada día y a que los medios de comunicación muestren como varias personas han sido secuestradas.

El conflicto armado, el narcotráfico y la violencia se han convertido sin quererlo o aprobarlo en algo intrínseco del colombiano. Es por eso que surge el rechazo de muchos hacia la acción emprendida por Ingrid Betancourt contra el estado por las horribles consecuencias que un secuestro como el suyo acarreó no solo para ella, sino también para su familia. Independientemente de si Ingrid fue o no la responsable de su secuestro, ella no es la única damnificada por el conflicto armado colombiano. ¿Dónde quedan las personas a las que les han asesinado familiares, las que lo han perdido todo en ataques con bombas o cilindros de gas, las que han sido víctimas de minas, las que han sido reclutadas a la fuerza y el otro tanto de secuestrados que todavía permanecen en la selva?

De una forma u otra todos los que hemos nacido y vivido en este país hemos sido golpeados por la violencia en algún punto de nuestra vida. Y sí puede que el estado tenga la culpa, pues está obligado a proveernos seguridad en nuestro propio territorio[i], también es cierto que a través de tantos años no lo ha logrado y seguimos siendo objeto de múltiples embestidas violentas. De manera que esa indemnización que Ingrid y su familia exigen le corresponde a todo el resto de colombianos que sí ha vivido aquí durante toda su vida, que ha sido objeto constante de la violencia que nos azota día a día y que sí ha pagado impuestos de los que pretende se le pague una gigantesca suma.

Y si la cuestión es encontrar culpables para su tragedia, a ciencia cierta se sabe que son las FARC y ella misma por no seguir las recomendaciones de miembros del mismo estado al que acusa que en repetidas oportunidades le advirtieron del peligro inminente en la zona. De modo que si desea compensación o desagravio debería empezar a liderar una campaña en contra de las FARC en todo el mundo, ya que cuenta con gran reconocimiento en ese ámbito. Y no exigir de forma unilateral un resarcimiento que corresponde a muchos. Pero parece que hay heridas que para ella y su familia se curan con dinero y en cierta medida muchas personas podrían pensar lo mismo, no obstante si así fuera al estado no le alcanzaría el dinero para indemnizar al resto de colombianos en los que la violencia ha dejado huella. Su sufrimiento debió ser inmenso, pero los recursos públicos no deben ser destinados a su enriquecimiento o el de su familia por más grande que haya sido su dolor, éstos debe continuar intentando lograr la anhelada seguridad que todos soñamos. El estado invirtió gran cantidad de recursos en su liberación, pero al parecer para ella no es suficiente porque cree ser la única víctima, en un país donde las víctimas somos todos.



· [i] ARTICULO 2. Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo. Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.

· ARTICULO 11. El derecho a la vida es inviolable. No habrá pena de muerte.

· ARTICULO 12. Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.

· ARTICULO 22. La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.

domingo, 4 de julio de 2010

Mientras más grandes son, más fuerte suenan al caer

Los Mundiales de fútbol siempre traen consigo grandes expectativas, esperanzas y mucho optimismo para las selecciones que clasifican y sus hinchas. Los especialistas en futbol hacen pronósticos y análisis sobre los equipos, los jugadores, los partidos y los técnicos, y los medios de comunicación despliegan grandes cubrimientos. Sin embrago en el Mundial Sudáfrica 2010 todos nos hemos llevado grandes sorpresas, muchas de ellas decepcionantes.

Varias de las selecciones tradicionales tardaron más tiempo en llegar a Sudáfrica que en alistar su equipaje de regreso a casa, la desilusión para sus hinchas nacionales e internacionales fue descomunal. Francia, Italia, Inglaterra y hasta Portugal decepcionaron no solo por sus tempranas eliminaciones, sino por su falta de coraje, esfuerzo y empuje, pero lo más deplorable fue su falta de buen futbol, jugaron con tal desaliento y falta de ímpetu que parecía que nunca hubieran estado en una competencia de esta magnitud en toda su historia.

No obstante, la salida más nefasta fue la de Brasil. No porque le haya tocado empacar sus maletas luego de su derrota ante Países Bajos en cuartos de final, sino porque su mente triunfalista que siempre los acompaña los traicionó. Han ganado 5 campeonatos mundiales de fútbol y supongo que por eso creen ser los dueños de la victoria, razón por la que no saben perder.

Pero para ganar se debe aprender a perder y de eso a los brasileros les hace falta mucho, el ganar se ha vuelto algo inherente a su pensamiento, de manera que cuando se encuentran en una situación adversa como en el partido contra Países Bajos no saben reaccionar. Le han hecho creer al mundo que ellos son los mejores y nadie los vencerá, tanto que dominaron a Chile y no futbolísticamente, sino mentalmente, antes de iniciar el partido de octavos de final los chilenos ya habían sido derrotados. La creencia de que Brasil siempre gana la aceptaron los chilenos y esa fue su tumba.

Por otro lado los holandeses hicieron oídos sordos a semejante presunción y confiaron en sus capacidades logrando eliminar de esta copa a uno de los grandes favoritos. Lo anterior demuestra que cuando se quiere se puede, que la mente es poderosa y que la falta de humildad y la soberbia no son buenos consejeros. En las contiendas siempre se debe estar preparado para ganar o perder y esta es una lección para los brasileros, pues admiro sus ganas de sobresalir en todos los niveles y querer convertirse en una gran potencia mundial, sin embargo deberían empezar a practicar la modestia, para aprender de sus errores con entereza y no con la agresividad, arrogancia y endiosamiento con el que generalmente actúan.

Así que les aconsejo que pongan los pies sobre la tierra, porque así es que juega al fútbol, sobre el césped y no sobre conquistas pasadas, ni dioses humanos. Lo que existe es el presente, el ahora y todas sus copas no alcanzarán para sus derrotas futuras si no cambian su actitud altanera, desdeñosa, desesperada y muy lejana del juego limpio.

El mundo es de los valientes, de los que luchan a pesar de la adversidad y eso no fue lo que la selección brasilera mostró en su último juego cuando se encontraba por debajo en el marcador, exponiendo una actitud antideportiva, vengativa y vergonzosa, presentándose muy mal ante el mundo principalmente por su reacción. No desean aprender de sus errores, sino buscar culpables, cuando los culpables son todos, los jugadores, los directivos y los mismos hinchas quienes no conciben otra forma de competición, sino la de ver llorando a los demás porque nunca se han preparado para enfrentar lo que le hacen a otros. Los brasileros tienen solo una forma de ver el futbol, pero este siempre tendrá dos caras y muchas veces se verán enfrentados a la menos encantadora.

Por otro lado, es triste ver la caída mental de Argentina, pues en el futbol además de las figuras, la táctica y la estrategia es muy importante la mentalidad con que se juegue, mentalidad de equipo y optimista. Desde antes del partido contra Alemania, Diego Maradona ya hablaba como vencido, con angustia y miedo y eso precisamente fue lo que le transmitió a su equipo, cayendo en una derrota inminente ante un seleccionado joven, ágil y con mentalidad de grupo.

Este mundial ha expuesto la verdadera cara de las selecciones y es posible afirmar que ganará el mejor, porque la historia pesa, pero no más que el presente y lo que se haga en él. Salieron muchos grandes, pero lo merecían por no comprender las nuevas dinámicas futbolísticas, porque así como todo cambia y evoluciona, el futbol también y los países deben estar preparados para enfrentar los nuevos retos con las herramientas necesarias, que la mayoría de las veces no son viejas historias, leyendas o creencias. Los elementos son el juego limpio, en equipo, la juventud, la efectividad y la mentalidad ganadora y si no lo comprenden seguirán cayendo estruendosamente porque mientras más grandes son, más fuerte suenan al caer.

lunes, 28 de junio de 2010

¿Y ahora qué?

El triunfo del nuevo presidente electo de los colombianos no fue una sorpresa para nadie, menos para quien resultó vencedor en esta contienda, pues su celebración estaba dispuesta mucho antes del cierre de las mesas de votación. Entonces surge para todos el evidente interrogante ¿y ahora qué?

A diferencia de lo que afirmaba el ex - candidato presidencial del partido verde en el momento en el que admitía su derrota y orientaba el nuevo camino de su colectividad, no creo que la respuesta al interrogante anteriormente mencionado sea y ahora todo, ni por parte de los verdes, ni por parte del nuevo gobierno. Es interesante visualizar la difusa realidad en que Mockus y su ola no especifican claramente su labor para los próximos cuatro años, apoyarán en unos aspectos y en otros criticarán, pareciendo efímero el todo de su respuesta.

Por otra parte, permanece este mismo interrogante para la clase media ¿y ahora qué? Todos los candidatos prometen ayuda a las clases menos favorecidas, obviamente también a las más favorecidas que son quienes los apoyan en su afán de ganar la disputa presidencial. Pero ¿y donde está la clase media que es la que sostiene a la economía nacional?

¿Qué pasa con todas las personas a las que no les subsidian la educación, porque sus familias tienen suficiente dinero para endeudarse con las instituciones educativas privadas que cada día son más impagables, que no les subsidian la salud porque tienen dinero para estar en el régimen contributivo y pagar por el mal servicio que prestan las EPS, que no les subsidian la vivienda porque con el dinero que se ganan les alcanza para solicitar un préstamo y enriquecer a los bancos endeudándose toda la vida, que no las vinculan directamente a los pocos y mal pagados trabajos que se ofrecen en el mercado laboral y no saben lo que son unas cesantías, unas vacaciones pagadas o una caja de compensación y que compran a diario en las tiendas, los supermercados, los centros comerciales y se endeudan con tarjetas de crédito?

Antanas Mockus en cierta medida personificaba a ese ciudadano del común, lastimosamente su campaña, su personalidad y sus respuestas, entre muchas otras cosas no le alcanzaron para derrotar a una persona que poco o nada sabe de la cotidianidad de clase media colombiana. Esa parte de la población que toma bus, transmilenio o taxi, que sabe lo que es estar enfermo y esperar horas para que en urgencias demuestren un mínimo de compasión o esperar meses para que asignen una cita para medicina general, que sabe lo que es estudiar una carrera costosa y salir a luchar en la selva laboral y rogar por un trabajo mediocre que no genera ni una mínima parte de lo que invirtió en educación, sólo para poder subsistir.

Esa clase a la que le toca buscar trabajo en los clasificados, porque en muchos casos no se tienen amistades influyentes que puedan hacer recomendaciones, o que en otros casos opta por el emprendimiento, pero se choca con la falta de apoyo nacional a este tipo de iniciativas, de manera que su triunfo si se alcanza, se debe exclusivamente a gestiones privadas y fuerza de voluntad.

Es muy fácil creer que cualquiera que haya estudiado en el exterior, y en su trayectoria académica cuente con especializaciones, maestrías y doctorados tenga la capacidad intelectual, emocional, gerencial y profesional para llevar todo el país en la cabeza, pero quien no ha vivido la cotidianidad del común no sabe las necesidades reales de la población de cualquier estrato.

Imagino que todos los presidentes elegidos en nuestro país han tenido brillantes hojas de vida que cualquier persona envidiaría, pero el país sigue igual, claro que con algunas demostraciones de montaña rusa, mejorando momentáneamente. El narcotráfico, las FARC y la delincuencia común solo son consecuencias de la aterradora situación estructural que debe ser reformada. Sólo son el reflejo de una sociedad deteriorada en donde la tendencia popular es la creencia generalizada que una persona con dinero está mejor preparada para ser presidente, como si la preparación para enfrentar la vida y los problemas solo se lograra en la academia u ocupando cargos gerenciales, ministeriales o diplomáticos.

Solo espero que en algún momento se tenga en cuenta a la parte relleno del sándwich, porque si llega a explotar todos estaremos perdidos, profundizándose la brecha existente, ampliando el margen de pobreza y disminuyendo el margen de riqueza, estableciéndose así la nueva estructura nacional: ricos y pobres.

jueves, 17 de junio de 2010

Uribismo, democracia y promesas

A unos días de las elecciones de segunda vuelta, no es difícil predecir quien será el vencedor de esta farsa de democracia que se basa en ofrecimiento de cargos, contratos, almuerzos por conveniencia y fiestas hipócritas. Juan Manuel Santos representante del partido de la U, que casualmente es la misma letra con la que empieza el apellido de nuestro presidente, ganará las elecciones y no por sus propuestas innovadoras, realistas, legales y benéficas para la población, sino por representar el continuismo de uno de los gobiernos más corruptos de la historia.

Bien dicen por ahí que cada quien obtiene lo que se merece y este es un ejemplo fehaciente de ello, Colombia se merece a los gobernantes que tiene. Es inaudito pensar como la democracia que se supone que es una forma de gobierno donde las decisiones son tomadas por la mayoría, pues el pueblo elige a sus gobernantes y les confiere cierta autoridad para tomar las decisiones en favor de la población, se haya convertido en un sistema donde el presidente no se oye sino así mismo, ignorando las necesidades de la ciudadanía.

Con el gobierno de Álvaro Uribe se combatieron a las FARC que era lo que el país pedía, luego del diálogo fallido que prometió Andrés Pastrana para ganar las elecciones de 1998. Así se libró una guerra frontal contra los terroristas, pero a costa de los falsos positivos, de una reelección (que prohibía nuestra constitución de 1990), del enriquecimiento de familiares y amigos de los integrantes del gobierno, de las críticas del poder ejecutivo al poder judicial, del desempleo, la pobreza, la delincuencia común, la parapolítica y las chuzadas entre muchas más situaciones corruptas. En este último caso lo más lamentable es que el presidente tenga la osadía de creer que el pueblo no piensa y diga que a él también lo interceptaron, Uribe es uno de los gobernantes más autoritarios que nuestro país ha elegido y pretende hacernos pensar que hay decisiones que fueron tomadas a sus espaldas, no se haga el Samper.

Tanto que se criticaba al dictador de Venezuela, cuando nuestro gobierno pretendía hacer lo mismo comenzando por la modificación a la constitución. Y ahora el discípulo de Uribe, Santos pretende que la fiscalía sea manejada por el ejecutivo para encubrir todos los actos de corrupción dejados por el que dentro de pocos días será su antecesor. En realidad lo que produce mayor tristeza es que los votantes de Santos estén convencidos que es lo mejor para el país, claro que en algunos casos no dudo que será lo mejor para ellos pues su voto lo habrán vendido por algún cargo público o más patético aún por un almuerzo.

Lamentablemente, la mayor virtud del otro candidato presidencial Antanas Mockus al mismo tiempo es su mayor debilidad, decir la verdad o no saber decir mentiras. Y es que si Mockus se caracteriza por su honestidad y decir lo que en realidad piensa y haría, Juan Manuel Santos se caracteriza por decir lo que la gente quiere oír y eso no es algo que me haya inventado yo, en el pasado debate de El Tiempo, Citytv y la W, él mismo lo reconoció diciendo al candidato del partido verde que él si tenía varios puntos donde se explicaba de manera clara lo que se haría en su gobierno y cómo se haría porque “eso es lo que la gente quiere oír”.

Y Juan Manuel tiene razón, la mayoría de colombianos desean que les hagan muchas promesas y no las cumplan, porque así es la política, siempre ha sido así y siempre lo será. Recuerdo cuando Uribe prometía una lucha contra la corrupción y la politiquería, tiempos aquellos en los que todavía disimulaba.

Algo muy curioso de la campaña de Santos es la forma en la que hace un llamado a la unidad nacional, pero aplaude a un pastor de una iglesia cristiana, diciendo que “es un ejemplo para el país”, cuando lo que hace este señor es hablar mal de una parte de las minorías, la comunidad homosexual y las mujeres que piensan que tienen más opciones además de tener hijos porque les toca.

Nuestros gobernantes son el reflejo de nuestra sociedad conservadora, atrasada, corrupta, de doble moral e hipócrita-religiosa porque la corrupción, la ilegalidad, la mentira, la compra de votos no son pecados, los pecados los cometen los demás. Así que para los próximos cuatro años encomiéndense a lo que sea que crean porque nos llevó el que nos trajo.

jueves, 10 de junio de 2010

La fiesta mundialista

En estos días del año, cada 4 años tenemos la posibilidad de disfrutar la fiesta futbolística más grande del mundo, la Copa Mundial. La energía, alegría, pasión y emoción que se desprenden de este gran evento son inmensas hasta para las personas que como nosotros los colombianos no tenemos a nuestra selección presente en esta celebración. En esta oportunidad y por primera vez el continente africano abre sus puertas al mundo para este festejo en donde la diversidad cultural es la gran protagonista.

Recuerdo que yo sólo contaba con 10 años cuando la pasión por este deporte se apoderó de mí, en la final de Estados Unidos 94, en la que se enfrentaban Brasil e Italia definiéndose el partido por penaltis. Yo no entendía mucho de aquello, pero recuerdo que cada vez sentía más curiosidad y hacía más preguntas sobre el partido y el futbol. De esta manera fui testigo de la transmisión de emociones que un partido con solo verlo por televisión produce, cuando Roberto Baggio de Italia botó un penalti y Brasil se coronó como campeón.

Mientras Italia lloraba, Brasil festejaba, y es que uno de los atractivos de este deporte es que además del multiculturalismo que se vive, también nos muestra las dos caras de la moneda, porque es como la vida misma, en donde a veces se gana y a veces se pierde. Lo que se debe aprender es a perder y a ganar con dignidad, esta es una de las enseñanzas del juego, así como jugar con lealtad y respeto.

Desde esa experiencia mundialista en 1994 me volví seguidora de este deporte que para muchos es fascinante, pero para otros es aburrido. Lastimosamente me tomó mucho tiempo entender que aunque los colombianos queramos seguir a nuestra selección, debíamos seguir a otras y tener opciones durante los mundiales, debido a que la nuestra era eliminada en las primeras rondas o peor aún ni siquiera clasificaba como es el caso de los últimos 3 mundiales.

Y es que aunque a muchos no les guste el futbol, el mundial inserta en su magnetismo a cualquiera, hasta al más apático. Durante un mes todo gira en torno a esta fiesta, los noticieros, los canales nacionales e internacionales, los almacenes, la radio, el comercio y hasta las oficinas. Así la gente no quiera pertenecer a esta ola futbolera verá a sus parientes, amigos, compañeros de trabajo o vecinos comentando acerca de los partidos y las diferentes selecciones, llegando a un punto donde el contagio por esta fiebre será inminente.

Además de ser esta una oportunidad para disfrutar de buen fútbol, también nos brinda mayores conocimientos sobre otras culturas. En este caso sobre la cultura surafricana, que a pesar de ser un pueblo que a través de la historia ha sufrido mucho, demuestra la calidez, hospitalidad, amabilidad y alegría propia de su gente. Demostrando que no importan las dificultades que se tengan, siempre habrá opciones y posibilidades mientras mantengamos esperanza y optimismo, porque cada vez las cosas pueden ser mejores.

Así que convoco a mis compatriotas a disfrutar de esta hermosa celebración y les deseo mucha suerte con cualquiera que sea su selección favorita!

lunes, 7 de junio de 2010

Nombres ancestrales

Nuestro hermoso país Colombia, una mezcla de regiones, pensamientos, opiniones, prejuicios y creencias; es tan sui géneris que cada vez me sorprende menos la capacidad de abuso del poder que tienen los politiqueros, porque en realidad muchos de ellos no pueden ser llamados políticos o gobernantes. Mayoritariamente podría pensarse que la culpa es solamente nuestra por ejercer nuestro derecho del voto de manera irresponsable, votando por personas que realmente no merecen estar en el poder y decidir por nosotros. Pero muchas veces la carencia de aspirantes idóneos para este tipo de cargos es lo que hace que quienes se elijan persigan el beneficio propio antes que el beneficio público.


Uno dentro de muchos casos es el del cambio de nombre del principal aeropuerto del país. El Dorado, un símbolo de nuestra cultura indígena existente antes de la llegada de los españoles a nuestro país, que trajo consigo destrucción, esclavitud, enfermedades y sometimiento. Este nombre simbólico pretende ser reemplazado por el nombre de una persona recordada y querida en el país por sus pensamientos de cambio y por su lucha constante contra el narcotráfico y las mafias colombianas.


El Dorado es un nombre legendario, místico que reviste la magia de la historia muisca y proyecta al mundo la belleza existente en tierras suramericanas antes de la conquista. Está relacionado con la cultura indígena que actualmente agoniza cada día en nuestro país, pero que hace parte de nuestra identidad, principalmente en estos momentos cuando nos encontramos ad portas de la conmemoración del bicentenario porque es cuando debemos rendirles un homenaje a nuestros antepasados, por soportar maltratos, torturas y luchar contra las personas que hasta 1810 serían nuestro yugo.


El Museo del Oro uno de los más famosos de nuestro país muestra la gran riqueza, no sólo del preciado metal sino de la cultura de nuestros antepasados a quienes les debemos gran respeto, da cuenta de esta leyenda mostrando a nacionales y extranjeros las balsas muiscas que representan a El Dorado. Sin embrago es lamentable el estado de nuestra nación en donde se prefiere honrar las conveniencias por encima de los ancestros. Porque si bien es cierto que Galán fue un caudillo muy importante para la historia de nuestro país, bien pudieron ponerle su nombre a una obra nueva además de las que ya tienen el honor de llevar su nombre, y no quitarles a nuestros indígenas lo poco de reconocimiento que aún les queda.


Además de la discriminación, la violencia, la pobreza y el desplazamiento forzado al que son sometidos nuestros pueblos indígenas, por una iniciativa del representante a la Cámara Simón Gaviria les arrebataron el poco reconocimiento que aún les queda. Nuestros políticos en vez de pensar en proyectos innovadores relacionados con derechos humanos, educación, salud o empleo entre tantos problemas que tiene Colombia y que fue precisamente para lo que fueron elegidos, se dedican ya sea por agradecimiento o conveniencia a hacer este tipo de propuestas, lo que deja ver su nivel de ocupación.


Cuando nos preguntaban acerca de El Dorado, se podía contestar con orgullo sobre una leyenda y sobre nuestros valientes antepasados, pero con este nuevo nombre cuando nos pregunten quien era Luis Carlos Galán Sarmiento, obligatoriamente nos tendremos que remitir a la triste, deplorable y vergonzosa historia de violencia, drogas y mafias que ha azotado a nuestro país durante décadas y por lo que obviamente somos muy famosos en el exterior y honrar no sólo a Galán, sino al hombre que más daño le hizo a nuestro país en toda su historia, respondiendo: “Galán fue un líder político que quería ser presidente, cambiar el país y extraditar a Pablo Escobar, y como este último en ese entonces manejaba el país a su antojo lo mandó a matar”, perpetuando así nuestra ya muy ancestral fama de delincuentes.

martes, 1 de junio de 2010

La verdad de Mockus

Con los resultados de las votaciones del domingo pasado, se puede evidenciar que el único culpable de la derrota de Mockus fue él mismo. Una lista de deslices y torpezas le ayudaron no solamente a espantar a unos supuestos votantes anunciados por las “prestigiosas encuestadoras”, sino a sumarle votos a su más acérrimo contrincante.

Uno de sus primeros y crasos errores fue el de rechazar la nada despreciable suma de $4.000 millones de pesos que le correspondían por los resultados en las elecciones legislativas, los que le habrían servido para intensificar su campaña la última semana de elecciones, que fue lo que sus otros contendores sí hicieron.

Otro de sus errores fue obviamente decir que extraditaría a Uribe, puede que haya sido o no una trampa de sus adversarios, pero debe reconocer que en un país donde el actual presidente tiene una gran popularidad, esa afirmación no es muy bienvenida. Así como tampoco lo es su admiración por Chávez que lo único que ha hecho es atacar a Uribe y defender y esconder a sus amigos de la FARC.

Ni hablar de cuando se fue lanza en ristre contra los pobres médicos generales, que después de que se han gastado una millonada pagando la carrera y se han esforzado estudiando se merezcan un mísero millón de pesos, es que Mockus cree que el único estudiado de Colombia es él. Si bien es cierto que la atención de los médicos por intermedio de las EPS es una pesadilla, eso es culpa del actual presidente y su “aplaudida” ley 100, y no se deben culpar a los médicos generales por eso.

Otro de los grandes errores es la soberbia camuflada en confianza de Mockus, sólo basta recordar las noticias de la semana del 10 de mayo, cuando el Polo en cabeza de Petro quería iniciar un acercamiento al partido verde, pero éste confiado en que ganaría las elecciones en primera vuelta o por lo menos dejaría a Santos muy por debajo en porcentaje y votos, respondió: "Yo creo que la gente quiere verde-verde y no verde con amarillo o verde con rojo"[i], adicionalmente dijo que Petro y su partido se acercaban a la violencia usando frases como "sigue teniendo teorías que, de algún modo, directo o indirecto, la justifican"[ii] y con estas afirmaciones cerró las puertas hacia cualquier alianza.

Pero me pregunto y ahora que lo que necesita son votos y su lema es: “No todo vale”, será que ahora si se vale hacer alianzas?

Sus continuas contradicciones como la de sus creencias religiosas, su programa de gobierno enfocado vagamente al empleo y la salud, su demora para responder con respuestas claras y contundentes en los debates contribuyeron a que toda esa popularidad y aceptación iniciada en los medios digitales bajara lentamente. Pero el más grave de sus errores fue decir la verdad.

Es importante la honestidad, pero algo que Mockus no ha entendido y a lo que se debe en parte su derrota es que para siquiera pensar en poder iniciar un cambio en el país, se debe empezar por ganar las elecciones, si no se gana no se pueden poner en práctica sus ideas y teorías filosóficas de cambio, honestidad, transparencia y educación.

Hay muchas cosas que se piensan y no se dicen, en este tipo de contiendas se juega sucio, se miente, se sonríe falsamente, se prometen puestos, se hacen alianzas, pero todo eso simplemente es para ganar, no para cumplir, ni para hacer cambios, como se ha visto en la historia política, por eso para ganar decir la verdad no es un requisito indispensable. Eso es así no sólo en Colombia, y no solo en nuestros tiempos, sólo basta irnos hasta el tiempo de los reyes europeos hace unos cuantos siglos atrás, en donde matar y traicionar por el trono y por las conveniencias era lo más común. Eso no lo cambia Mockus, para que eso cambie, se deben cambiar las personas y su historias y eso a estas alturas está muy complicado.


[i]http://www.elespectador.com/noticias/politica/articulo-202480-antanas-mockus-cerro-puerta-cualquier-alianza-gustavo-petro-y-el-p

[ii]http://www.eltiempo.com/colombia/politica/ARTICULO-WEB-PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-7704362.html