domingo, 4 de julio de 2010

Mientras más grandes son, más fuerte suenan al caer

Los Mundiales de fútbol siempre traen consigo grandes expectativas, esperanzas y mucho optimismo para las selecciones que clasifican y sus hinchas. Los especialistas en futbol hacen pronósticos y análisis sobre los equipos, los jugadores, los partidos y los técnicos, y los medios de comunicación despliegan grandes cubrimientos. Sin embrago en el Mundial Sudáfrica 2010 todos nos hemos llevado grandes sorpresas, muchas de ellas decepcionantes.

Varias de las selecciones tradicionales tardaron más tiempo en llegar a Sudáfrica que en alistar su equipaje de regreso a casa, la desilusión para sus hinchas nacionales e internacionales fue descomunal. Francia, Italia, Inglaterra y hasta Portugal decepcionaron no solo por sus tempranas eliminaciones, sino por su falta de coraje, esfuerzo y empuje, pero lo más deplorable fue su falta de buen futbol, jugaron con tal desaliento y falta de ímpetu que parecía que nunca hubieran estado en una competencia de esta magnitud en toda su historia.

No obstante, la salida más nefasta fue la de Brasil. No porque le haya tocado empacar sus maletas luego de su derrota ante Países Bajos en cuartos de final, sino porque su mente triunfalista que siempre los acompaña los traicionó. Han ganado 5 campeonatos mundiales de fútbol y supongo que por eso creen ser los dueños de la victoria, razón por la que no saben perder.

Pero para ganar se debe aprender a perder y de eso a los brasileros les hace falta mucho, el ganar se ha vuelto algo inherente a su pensamiento, de manera que cuando se encuentran en una situación adversa como en el partido contra Países Bajos no saben reaccionar. Le han hecho creer al mundo que ellos son los mejores y nadie los vencerá, tanto que dominaron a Chile y no futbolísticamente, sino mentalmente, antes de iniciar el partido de octavos de final los chilenos ya habían sido derrotados. La creencia de que Brasil siempre gana la aceptaron los chilenos y esa fue su tumba.

Por otro lado los holandeses hicieron oídos sordos a semejante presunción y confiaron en sus capacidades logrando eliminar de esta copa a uno de los grandes favoritos. Lo anterior demuestra que cuando se quiere se puede, que la mente es poderosa y que la falta de humildad y la soberbia no son buenos consejeros. En las contiendas siempre se debe estar preparado para ganar o perder y esta es una lección para los brasileros, pues admiro sus ganas de sobresalir en todos los niveles y querer convertirse en una gran potencia mundial, sin embargo deberían empezar a practicar la modestia, para aprender de sus errores con entereza y no con la agresividad, arrogancia y endiosamiento con el que generalmente actúan.

Así que les aconsejo que pongan los pies sobre la tierra, porque así es que juega al fútbol, sobre el césped y no sobre conquistas pasadas, ni dioses humanos. Lo que existe es el presente, el ahora y todas sus copas no alcanzarán para sus derrotas futuras si no cambian su actitud altanera, desdeñosa, desesperada y muy lejana del juego limpio.

El mundo es de los valientes, de los que luchan a pesar de la adversidad y eso no fue lo que la selección brasilera mostró en su último juego cuando se encontraba por debajo en el marcador, exponiendo una actitud antideportiva, vengativa y vergonzosa, presentándose muy mal ante el mundo principalmente por su reacción. No desean aprender de sus errores, sino buscar culpables, cuando los culpables son todos, los jugadores, los directivos y los mismos hinchas quienes no conciben otra forma de competición, sino la de ver llorando a los demás porque nunca se han preparado para enfrentar lo que le hacen a otros. Los brasileros tienen solo una forma de ver el futbol, pero este siempre tendrá dos caras y muchas veces se verán enfrentados a la menos encantadora.

Por otro lado, es triste ver la caída mental de Argentina, pues en el futbol además de las figuras, la táctica y la estrategia es muy importante la mentalidad con que se juegue, mentalidad de equipo y optimista. Desde antes del partido contra Alemania, Diego Maradona ya hablaba como vencido, con angustia y miedo y eso precisamente fue lo que le transmitió a su equipo, cayendo en una derrota inminente ante un seleccionado joven, ágil y con mentalidad de grupo.

Este mundial ha expuesto la verdadera cara de las selecciones y es posible afirmar que ganará el mejor, porque la historia pesa, pero no más que el presente y lo que se haga en él. Salieron muchos grandes, pero lo merecían por no comprender las nuevas dinámicas futbolísticas, porque así como todo cambia y evoluciona, el futbol también y los países deben estar preparados para enfrentar los nuevos retos con las herramientas necesarias, que la mayoría de las veces no son viejas historias, leyendas o creencias. Los elementos son el juego limpio, en equipo, la juventud, la efectividad y la mentalidad ganadora y si no lo comprenden seguirán cayendo estruendosamente porque mientras más grandes son, más fuerte suenan al caer.

1 comentario:

  1. Excelente artículo. Me uno a él con sólo un aporte más. Ser entrenador no importa de que deporte sea, requiere de una preparción profesional específica. No podemos seguir aceptando que buenos jugadores son buenos entrenadores. El partido Argentina vs. Alemania así lo demostró. Un Maradona paralizado sin estrategia, sin capacidad de reacción sin equipo de trabajo que quedó sólo en medio del campo agarrado de un rosario como pidiendo a dios misericordia!

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